Células madre: ¿qué son y para qué sirven?

Las células madre tienen el potencial de convertirse en muchos tipos diferentes de células en el cuerpo y sirven como un sistema de reparación para el organismo. Hay dos tipos: embrionarias y adultas.

Las células madre del propio tejido sirven para regenerar tejidos como hueso, cartílago, piel y músculo, entre otros. Y las de la sangre tratan enfermedades del sistema sanguíneo e inmune.

Gracias a las propiedades regenerativas e inmunomoduladoras que poseen estas células madre se pueden tratar enfermedades cardíacas, daños cerebrales, daños espinales, diferentes lesiones y alteraciones inmunes como la enfermedad de Crohn o la esclerosis múltiple. En total, más de 100 enfermedades de origen hematológico e inmune ya son asistidas con células madre.

Muchos especialistas ya apuntan a que las células madre son el futuro de la medicina regenerativa y personalizada, a corto plazo. Además de las patologías que ya han demostrado curar, hay varias líneas de investigación abiertas en torno a otras dolencias como la diabetes, el Párkinson o el infarto de miocardio.

El mejor momento para recogerlas es durante el nacimiento, una ocasión única e irrepetible para atesorar este material biológico. De otra manera, el cordón umbilical se desecha en la mayoría de las ocasiones. La compatibilidad con el propio donante es del 100%, pero, además, el porcentaje de coincidencia con el resto de la familia es alto y las posibilidades de rechazo son mucho menores que si la muestra procediera de un donante no emparentado compatible.

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